Suda y suda: consejos para ir a la sauna
Por más repugnante que sea el clima frío y húmedo afuera, el invierno siempre tiene sus lados buenos para mí. Por ejemplo, sentarse en el sofá con una taza de té y una manta de lana y ver series en exceso o sumergirse en la bañera caliente durante horas con un libro apasionante. Y por supuesto la sauna. También funciona en verano, pero es aún más divertido en invierno. Te sientas cálido y seco y al mismo tiempo haces mucho bien a tu cuerpo y a tu salud.
¿Sabías que ya en la Edad de Piedra existieron precursores de la sauna moderna? La sauna con forma de cabaña de madera actual procede de Finlandia y, de hecho, sólo se conoce en Alemania desde los años 30. Pero ¿por qué deberías ir ahora a la sauna? En pocas palabras, las sesiones regulares de sauna fortalecen el sistema inmunológico a largo plazo, reducen el estrés y, por lo tanto, alivian la tensión, relajan los músculos y mejoran la circulación de la piel y, por lo tanto, son un antienvejecimiento natural. Las células muertas de la piel se eliminan suavemente y la piel luce más fresca y radiante en general después de la sauna.
Las sesiones de sauna no son ciencia espacial, pero hay algunos consejos que debes tener en cuenta. Por ejemplo, que definitivamente te duches antes de ir a la sauna. Por un lado por motivos de higiene, por otro para precalentar el cuerpo en la ducha. Esto es especialmente importante cuando hace mucho frío afuera. Sécate bien después de la ducha, ya que la piel seca puede sudar mucho mejor en la sauna. No es necesario exagerar con la sauna para conseguir un efecto saludable: dos sesiones de sauna de unos diez minutos cada una son suficientes. Tómate un descanso de al menos diez minutos entre sesiones de sauna y, sobre todo, asegúrate de beber lo suficiente. El cuerpo pierde alrededor de medio litro de líquido por sesión de sauna. Y muy importante: no entres en la sauna con hambre o con el estómago lleno, ya que ambas situaciones suponen un esfuerzo adicional para la circulación.
Cuando termines tu sesión de sauna, es hora de cuidar tu cuerpo y cabello. Dado que las altas temperaturas abren tanto los poros de la piel como la capa exterior de la cutícula del cabello, los ingredientes de cuidado ahora pueden penetrar particularmente profundamente y desarrollar su efecto completo. Después de la sauna, debes aplicar una loción o aceite corporal y tratar tu cabello con un paquete de tratamiento. Pero tenga cuidado: no utilice productos con retinol o ácidos de frutas, ya que pueden irritar la piel. Son mejores las cremas calmantes, por ejemplo con agua termal. En definitiva, una sauna es salud y, sobre todo, relajación. Así que no te estreses y tómatelo con calma. Lea un libro de vez en cuando o disfrute de un masaje y planifique al menos dos horas para su visita a la sauna.